La eficiencia energética es la optimización del consumo eléctrico para obtener mejores resultados con menos recursos. También conocida como ahorro energético, es un concepto cada vez más presente en nuestra sociedad, no solo por la variabilidad del precio de la luz, sino también por el aumento de la concienciación sobre el cuidado del medioambiente. Por tanto, se considera que un bien o un servicio es eficiente desde el punto de vista energético cuando realiza las mismas acciones que el resto de su categoría con una cantidad inferior a la media calculada para dicho rango.

Como esta idea puede aplicarse a cualquier actividad o producto que emplee electricidad para funcionar, los ascensores también se encuentran en el punto de mira con respecto a la optimización de su consumo, ya que suponen una parte importante de los gastos de las comunidades de propietarios. Dentro de los factores que influyen en la factura de la luz se encuentran:

• El precio de la electricidad. En función del precio del kilovatio por hora (kWh) y de la potencia del ascensor se puede calcular la inversión mensual que se deberá hacer.
• La potencia contratada. Se refiere a la potencia máxima permitida y determina el número de elementos eléctricos que se pueden usar simultáneamente.
• El tipo de ascensor. El modelo de máquina no es el único elemento que se debe tener en cuenta a la hora de estimar la electricidad consumida, sino también el tamaño, la tipología (si es hidráulico o eléctrico), la frecuencia de uso, el número de plantas o la iluminación de la cabina.