Aunque modernizar todas las estancias de una casa puede aumentar su valor a la hora de venderla o de arrendarla, en el caso de que sea necesario priorizar unos espacios sobre otros la cocina y el baño se sitúan en los primeros puestos de la lista por diversas razones.

Por un lado, la cocina es una de las estancias más transitadas de una vivienda, así que en general se prefiere que sea amplia, luminosa y acogedora. Para ello, pueden acometerse desde trabajos sencillos como la sustitución de armarios o de encimeras, la instalación de electrodomésticos de última tecnología o el cambio del sistema de iluminación hasta obras más complejas que requieren la retirada de tabiques o de paredes para conectarla con otros espacios, como el salón. De hecho, las llamadas cocinas americanas aportan con cada vez más frecuencia ese valor extra que ayuda a un comprador a tomar la decisión final.

Por otro lado, reformar el baño puede acarrear un coste menor que el de una cocina, pero es igual de efectivo a la hora de revalorizar la casa. En función del presupuesto, se pueden cambiar los azulejos, las luces o, incluso, sustituir la bañera por una ducha con asiento, una opción importante para mejorar la calidad de vida de personas mayores o con movilidad reducida. Si la vivienda únicamente cuenta con un baño y existe suficiente espacio, es posible crear un aseo o un cuarto adicional, sobre todo si residen en ella varias personas.

Con independencia de si se decide renovar ambos espacios o solo uno de ellos, es crucial prestar atención a las puertas de toda la vivienda. Al ser uno de los elementos que más acusa el paso del tiempo, se deberían reemplazar o, en la medida de lo posible, cambiar los tiradores y tratar o lacar la madera.