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Cuando se acerca el verano, las horas de sol aumentan y, en paralelo, lo hacen las temperaturas. Al igual que nos afecta el exceso de calor a las personas porque reduce nuestra energía y nos impide realizar actividades cotidianas con normalidad, las máquinas que nos ayudan en nuestro día a día también sufren las consecuencias de la subida de los termómetros. Hoy analizamos cómo afecta el calor a los ascensores y qué medidas podemos tomar para reducir el efecto de las altas temperaturas sobre ellos.
El calor puede interferir en el funcionamiento normal de los ascensores. Pese a que, como hemos indicado en otras ocasiones, se trata de un medio de transporte vertical que destaca por su fiabilidad y su seguridad, no está libre por completo de sufrir fallos cuando ascienden las temperaturas.
Aun así, se trata generalmente de averías subsanables y un buen mantenimiento preventivo reducirá la probabilidad de que sucedan. Es importante saber cómo afecta el calor a los ascensores y cuáles son los contratiempos más habituales para su actividad. Destacan entre ellos:
Aunque son situaciones que cualquier empresa especializada es capaz de solventar, ¿por qué se producen estas averías vinculadas a las altas temperaturas?
Cuando se decide instalar un ascensor exterior por la fachada hay que tener en consideración que estará mucho más expuesto a las inclemencias meteorológicas, entre ellas, el calor.
Es muy habitual que el material principal de estos ascensores exteriores sea el cristal. Por tanto, el sol se proyectará directamente sobre su superficie y aumentará considerablemente el calor en el interior de la cabina. Por otro lado, el propio hueco del ascensor origina un calor adicional que incrementa la temperatura en la sala de máquinas.
Estos efectos negativos también se producen en los ascensores interiores que se instalan en torres y edificios acristalados, muy habituales en entornos de oficinas. En estos casos, el llamado “efecto lupa” genera un sobrecalentamiento de la cabina.
Los posibles fallos en los componentes electrónicos que forman la maniobra son paradigmáticos de cómo afecta el calor a los ascensores. Hay que tener en cuenta que estos componentes están en funcionamiento constantemente y sufren un desgaste por el uso que se intensifica especialmente en los meses de calor.
Entre los errores provocados por un mal funcionamiento de los componentes electrónicos que forman la maniobra se encuentran desde funcionamientos erráticos de la maniobra hasta la detención de la instalación por algún fallo crítico en alguno de sus componentes.
Cuando el calor se intensifica en la maquinaria de los ascensores eléctricos, incluso la acción del ventilador puede resultar insuficiente para mantener los valores óptimos de operatividad. Cualquier temperatura por encima de 30 °C provocará el desgaste de los elementos clave para el funcionamiento e incrementará las posibilidades de que el ascensor se detenga.
Esto ocurre con todos los motores eléctricos de los que pueda disponer la instalación, como la máquina tractora, los motores de los operadores de puertas o la bomba de la central hidráulica en ascensores de tracción hidráulica.
Las altas temperaturas influyen en la densidad del aceite, que se vuelve más líquido. Se trata de una de las manifestaciones más claras de cómo afecta el calor a los ascensores y es especialmente evidente en los ascensores hidráulicos. Esto genera problemas de nivelación en el aparato, un avance poco uniforme e, incluso, su parada durante el desplazamiento.
Una densidad demasiado baja del aceite también afecta a las puertas de los ascensores. En especial, a los modelos que cuentan con sistemas de retención hidráulicos que, en caso de mal funcionamiento, pueden provocar cierres bruscos.
Dicha disminución de la densidad del aceite causa incluso su evaporación en los huecos más expuestos de las guías metálicas del ascensor. Esto puede ocasionar ruidos molestos durante el recorrido debido a la fricción de las guiaderas y sus guarniciones contra las propias guías. Por tanto, se recomienda realizar engrases más frecuentes.
Como se ha indicado anteriormente, un correcto mantenimiento, la toma de una serie de medidas preventivas y, en caso de ser necesario, la consulta a especialistas ayudan a que la forma en que afecta el calor a los ascensores no genere problemas significativos y prolongados en el funcionamiento.
En cualquier caso, la previsión es esencial y, por ejemplo, contar con baterías de emergencia para los diferentes tipos de ascensor refuerza aún más la seguridad. Otras formas de evitar los contratiempos más habituales que causan las altas temperaturas son:
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